sábado, 5 de octubre de 2013

"Donde habita el olvido"


Foto de la galería http://www.flickr.com/photos/beyond_the_sky/
Dejamos atrás el verano.  Empieza a llover en Madrid, preludio del otoño que ya está entrando. Después de  días de descanso y de adaptación   retomo el ritmo.



Ritmo. Me gusta esa palabra entre otros motivos porque está  ligada a una técnica  muy  importante de la rehabilitación neurológica: La estimulación auditiva rítmica  de la que contaré más detalles en otra entrada. Como adelanto os puedo decir que se emplea en la  rehabilitación de movimientos rítmicos, por ejemplo la marcha, y es muy efectiva en personas que tienen  dificultades  para secuenciar y organizar los pasos: parkinsonismos, accidentes cerebro vasculares y otros trastornos del movimiento.

Lo que quería comentar con vosotros es que el 21 de Septiembre se celebró el  Día Mundial del Alzheimer. Según los datos de la CEAFA (Confederación Española de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzheimer y otras Demencias)   en España hay  tres millones y medio de personas afectadas entre  pacientes y familiares. Una cifra, en mi opinión, muy preocupante. Es difícil imaginar los alcances de una enfermedad de esta naturaleza, pero ahí está, existe, es parte de nuestro entorno.
Las características más o menos las conocemos porque cada día contamos con más información y porque todos tenemos o conocemos algún enfermo de Alzheimer en nuestro entorno.  No por nada se le ha llamado “La epidemia del siglo XXI”.
La musicoterapia a nivel individual y grupal puede  ser una gran ayuda para los afectados, como ha quedado  demostrado  en  numerosas investigaciones y  en el trabajo de los profesionales en centros y residencias. Según la  fase  en que se encuentre el usuario,  la musicoterapia puede aportar beneficios  en áreas psicomotrices, comunicacionales, cognitivas y socio emocionales.


  • A nivel psicomotriz a través del baile, la expresión corporal y la manipulación de instrumentos se incide en aspectos de coordinación,  motricidad fina y gruesa,  estimulación sensorial, movilidad, etc.

  • A nivel comunicacional en lo referido tanto al uso del lenguaje verbal  como no verbal, con canciones  y juegos musicales que estimulen el habla y el deseo de compartir sensaciones, emociones y recuerdos  con otras personas que han vivido en la misma época y que guardan recuerdos comunes. Los seres humanos necesitamos comunicarnos en todas las etapas de la vida y la musicoterapia contribuye  a satisfacer esa necesidad en las distintas fases de la enfermedad.

  • A nivel socioemocional.  La música es la más social de todas las artes ya que promueve la interacción entre personas  aumentando y enriqueciendo el intercambio. A la vez la música sirve para expresar y a canalizar las emociones  positivas y negativas, potenciando la comunicación y la socialización, evitando el aislamiento característico, mejorando  el  estado de ánimo, disminuyendo  la apatía y favoreciendo respuestas como contacto visual, sonrisas, etc.  

  • A nivel cognitivo  es una gran ayuda para reactivar y compartir recuerdos  aparentemente olvidados. Es una forma  más divertida y gratificante de trabajar las reminiscencias empleando  la música  como nexo entre pasado y presente.  Los recursos musicales actúan como estímulo para  favorecer  la denominación y el reconocimiento de personas y objetos.


Foto de la galería http://www.flickr.com/photos/beyond_the_sky/

La enfermedad de Alzheimer  un reto para la sociedad que no logra encontrar respuestas ni remedio al sufrimiento de las familias,  y un reto para los musicoterapeutas que pensamos que la música nos permite  acercarnos a esas personas y rescatarlas aunque sea un breve momento de ese lugar “donde habita el olvido”.

3 comentarios: